martes, 3 de octubre de 2017

Mulva-Munigua - Villanueva Del Río y Minas

El conjunto arqueológico de Mulva-Munigua está localizado a ocho kilómetros de la localidad sevillana de Villanueva del Río y Minas.
Asentamiento prerromano del siglo IV a.e.c., de esta época, son las acumulaciones de escorias de hierro, que se localizan por todo el yacimiento, ya que la actividad principal era la fundición de este material.
La ciudad de fue fundada por romanos procedentes de Mulva que construyeron el asentamiento que data de época de Augusto. La población se vincula al nuevo poder mediante un contrato de patronazgo. Se trata de una placa de bronce, tessera de hospitalidad, que los muniguenses realizan con Augusto a través del cuestor Sexto Curvio Silvino. Gracias a este documento y por medio del toponímico que en él se menciona, conocemos el nombre de la ciudad.
Se descubrió en el ano 1756 por dos investigadores de la Academia de Buenas Letras de Sevilla. Tradicionalmente se le conoce con el nombre, Castillo de Mulva, pero desde su descubrimiento se definió como santuario.
La ciudad debió ser una ciudad muy rica y próspera gracias al desarrollo económico que la explotación de las minas le permitía. Se construyó el sorprendente santuario aterrazado, que pone de manifiesto las concepciones arquitectónicas helenístico-oriental en el arte imperial romano
Se conservan restos de los trabajos de sus habitantes y de la explotación, el hierro. De época romana se pueden observar los restos de las construcciones que se realizaron desde el mandato del emperador Augusto hasta finales del siglo I y principios del II; el templo, las termas y las casas situados en el foro, parte de la muralla que rodeaba a la ciudad, algunas casas y la necrópolis.
Otros restos de interés son: estatuas honoríficas con inscripciones, una copia grabada en una tabla de bronce de la única carta conservada del emperador Tito escrita el 7 de Septiembre del 79, la estatua de una ninfa. etc. Los hallazgos se encuentran en el Museo Arqueológico de Sevilla.
Munigua comenzó una relación de patronazgo con el Imperio Romano, que quedó reflejada en una placa de bronce con la que se simbolizó la unión de la ciudad a Roma. Más tarde pasó a tener rango de municipio con el Emperador Vespasiano (69 - 79) "Municipium Flavium Muniguense". La ciudad tuvo su apogeo en el siglo II, y comenzó a decaer a partir del siglo IV con un descenso de población, hasta su desaparición entre los siglos V y VI.
La mayoría de las construcciones, corresponden al último tercio del siglo I. Este auge constructivo se atribuye al cambio de estatus jurídico del Municipio.
La muralla circunda la ciudad quedando la zona oeste abierta. Se piensa que no se trata en principio de una muralla defensiva. Se descubrió una puerta al sur y cuatro torres interiores.
El Santuario de Terrazas domina la ciudad desde la cima con una ubicación central. La planta sigue un modelo de construcción helenístico y tardo republicano de época romana. El edificio es simétrico, compuesto por una zona absidada con la cella del templo a su espalda y dependencias laterales. Se accede al templo por dos rampas.
El Templo de podium, situado en la segunda terraza, conserva sus cuatro columnas de la fachada y el tejado de doble vertiente. Se ha podido saber que estaba recubierto con placas de mármol. También podemos visitar su pórtico que tenía dos plantas y se abría a El Templo de podium, situado en la segunda terraza, conserva sus cuatro columnas de la fachada y el tejado de doble vertiente. Se ha podido saber que estaba recubierto con placas de mármol. También podemos visitar su pórtico que tenía dos plantas y se abría a un cruce, una especie de plaza, y a la calle del Foro. En una de sus esquinas se había levantado un altar dedicado al dios Mercurio. Data del último tercio del siglo I.
El Foro y la Basílica se hallan en la terraza inferior. Se trata de una plaza porticada en cuyo centro se levanta un templo sobre un podium. En el lado Norte cuatro estancias de las que se identifican tres. La mayor es la Curia. En la siguiente un monumento al Dios Pater, en forma de caballo de bronce. Y por último el Tabularium, archivo de la ciudad.
En el lado sur se halla la Basílica. Las Termas se hallan cubiertas para poder proteger las pinturas que en ellas se pueden ver. Las paredes presentan una decoración pintada por paneles con grandes rectángulos rojos y líneas amarillas. En el abside una estatua de una Ninfa presidía la sala con una fuente a sus pies. Las otras habitaciones eran el caldarium, tepidarium y frigidarium.
Se han sacado a la luz hasta seis edificios residenciales. Éstos siguen el modelo de las casas romanas, un patio en torno al cual se disponen las habitaciones.
Se han excavado dos zonas de enterramientos. La mejor conservada se halla en torno al Mausoleo, en la parte Este de la ciudad. Los enterramientos principalmente son de incineración.

(Tarraconensis)





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