sábado, 21 de febrero de 2015

Las ciudades romanas

Las ciudades conformaron la estructura civil y social de la civilización romana: se centralizaba el comercio, se relacionaban los distintos pueblos conquistados, y, en general se controlaba a la población.
El diseño urbano de las ciudades romanas sigue unas pautas necesarias para el correcto funcionamiento de los servicios públicos y militares.
 Básicamente, la ciudad romana está compuesta por una serie de módulos iguales, distribuidos ordenadamente -paralelos y equidistantes- y separados por calles. Entre todos forman un conjunto de diseño rectangular que está rodeado por una muralla perimetral con torres de vigilancia. Todas las calles son iguales, excepto dos: la que va del norte a al sur -kardo maximus- y la que va del este al oeste -decumanus-, que son más anchas y que terminan en las únicas cuatro puertas que tiene la muralla.
 En el cruce de estas dos calles se ubican el foro de la ciudad y el mercado.
 Con estos módulos se diseñan los edificios públicos, el anfiteatro -dos módulos de largo y uno y medio de ancho-, el teatro -un módulo-, el mercado -un módulo-, el conjunto del foro -dos módulos-, etc.
Estas normas urbanísticas se desarrollan durante casi 10 siglos, creando las distintas ciudades.
Dentro de las ciudades, los tipos de vivienda se dividían en: casa, domus, la insula y la villa. También existieron las casae o viviendas de esclavos y clases bajas, que por sus precarios sistemas de construcción, hoy han desaparecido. Además aparecieron grandes edificios comunitarios como las basílicas, las termas y los importantes conjuntos socio culturales y religiosos llamados foros.


(HISTORIA DE LA ARQUITECTURA EN ESPAÑA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario